martes, 24 de noviembre de 2015

Historia y evolución de la ebanistería y la carpintería en Hato Mayor

La carpintería  inicia su apogeo en el siglo XX y alcanza mayor notoriedad a principio de siglo XXI con la inserción de nuevas técnicas de trabajos.

MANUEL ANTONIO VEGA

HATO MAYOR.- La historia de la carpintería y la ebanistería es un  reflejo de la evolución social y cultural de la humanidad. El ebanista es un carpintero de muebles y trabajos finos, es una derivación de la carpintería, o mejor dicho, una ampliación de la carpintería.
El arte de la carpintería se remonta a la antigüedad, mas a la isla Hispaniola este arte llegó con el genové Cristóbal Colón, a quien le atribuye haber descubierto la isla el 12 de octubre de 1492.
Los pobladores de Quisqueya, hasta el descubrimiento, fueron nuestros aborígenes, que utilizaban bejucos para atar palos en la construcción de chozas y bohíos que techaban con canas y otros tipos de hojas, para protegerse de las inclemencias del tiempo.
Se presume que la carpintería rústica llegó a Hato Mayor con el alférez real, Don Antonio Coca Landeche, heredero del Mayorazgo de Dávila, fundado hacia 1520, que una ermita  en el lugar donde hoy se está situado el pueblo. Luego siguió construyendo caseríos para los esclavos, dando origen a una aldea que fue conocida desde principio con el nombre de Hato Mayor del Rey, según explica Tolentino Rojas en su conocida obra “Misión Territorial”, pag. 387.
Se estima, además que cuando el pueblo fue erigido común por segunda vez, el 13 de octubre de 1848, ya en esta ciudad había varias casas construidas en madera.
Durante la Anexión a España se cambió el estatuto jurídico de la común y el 24 de agosto de 1861 pasó a ser Comandancia de Armas, servía de coronel y jefe, Valentín Mejía, quien según datos recopilados llegó a construir varias viviendas para alojar a sus subalternos.
Para trabajar la carpintería, se llegó utilizar el fuego, para trozar o cortar  madera, luego se usaron hachas que se fabricaban de piedras, y más tarde el hierro.
Muchos carpinteros anónimos pasaron por esta ciudad, que con el tiempo fueron aportando cambiar el aspecto aldeano del ejido.

Pero fue en los siglos XX y XXI que la carpintería ha alcanzado notoriedad en Hato Mayor, logrando embellecer viviendas, salas, cocinas y habitaciones de miles de viviendas.
Fonso Santana, fue el primer ebanista de trabajo fino que tuvo Hato Mayor en el siglo XX, llegando a operar un teller en la calle 27 de Febrero, donde hoy opera la fábrica de agua embotellada “Las Mercedes”.
El proceso evolutivo de este arte prosigue y fue Juan Isidro Santana (Puyita), quien incorporó nuevas técnicas en la fabricación de muebles y otros objetos de decoración del hogar.
Puyita, hermano de Fonso Santana, inventó para el primer quinquenio de la década de 1950, el primer torno manual que se conoció en la región Este.
Este invento lo hizo tan popular para la época, que en la población llegó a bromear: “Quiere una costilla nueva, ve donde Puyita”.
Era un ser talentoso, creativo y quien más sabía de ebanistería en su época, aún hay hogares que conservan muebles confeccionados por él en Hato Mayor.
Puyita, quien murió en hacia 1970, llegó a desempeñarse como coronel del Benemérito Cuerpo de Bomberos Civiles de esta ciudad, del cual fue también fundador junto a Federico Santelises y otros munícipes.
FÁBRICAS DE MUEBLES Y AGENCIAS
Como han crecido el número de ebanistas, asimismo han crecido los talleres y las agencias de ventas en la ciudad.
Muchos talleres fabrican muebles, bases de camas, repisas, puertas en caobas y otras maderas finas, para vender en otras ciudadades de la región Este.
Es así como la muebllería Los Boquerones, aparte de que coloca muchos de sus muebles confeccionados en su taller, lo vende en otras agencias de electrodomésticos de Higüey, El Seibo, La Romana y San Pedro de Macorís.
Tambíén Freddy Santa (Freddy Panchón), vende en su agencia y otros negocios de la región.
Muchos ebanistas del patio solo están dedicados a confeccionar muebles a la clase económica más elevada de la ciudad, que le buscan para elaborar finos muebles, escaleras de residencias que casquean de revista y periódicos.
Otros ebanistas que sucedieron a Fonso y Juan Isidro Santana (Puyita) fueron: Fernando Berroa (Papo), Manuel Emilio Santa, Pedro Fulgencio (Niño), Juan Francisco Torres Vega, Mateo Enrique Betances (Quiquillo), Andrés Sosa Mota (Pipe), Manuel Batista Peguero (Manolo), Adriano Trinidad Mota (Copiolo), Laurio del Rosario Mercedes (Maco Bolo), Alfredo Santana Jáquez (Freddy Panchón), Ricardo Antonio Batista, (Cuto), entre otros que aún están activos y son ente multiplicador del noble oficio. 

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